En el mercado hay numerosas marcas de tubos de escape pero, como informan los mecánicos de Claxon, la duración de los sistemas de escape ronde los 130.000 kilómetros.

Por este motivo, muchos estiman que estamos ante una de las piezas mecánicas que estará útil casi «para toda la vida» del vehículo.

Sin embargo, las altas temperaturas de los gases que circulan por su interior ocasionan grietas en los puntos que unen partes como el convertidor catalítico o el silenciador, produciéndose la desagradable avería.

Conozcamos a continuación las más importantes para que no te lleves sorpresas y sepas identificarlas tan pronto se produzcan.

#1 – Roturas en los puntos de unión del tubo así como en el propio tubo

Esta es la avería más habitual. A lo largo del tubo de escape se encuentran cada una de las piezas mencionadas hace apenas unas líneas. La unión el tubo con el silenciador y el catalizador en ocasiones puede resultar dañada por la presencia de grietas y roturas, en el peor de los casos.

Como conductor pronto te darás cuenta qué algo pasa. ¿Por qué? Porque un fallo en el tubo de escape genera un fuerte ruido en esta zona. Es importante reparar a tiempo este elemento mecánico porque, de lo contrario, puede disminuir el rendimiento de nuestro coche.

¿Cuál es la solución? No pienses en comprar un tubo de escape nuevo. ¡Tranquilidad! Cuando la grieta es pequeña, la reparación se centrará en el uso de una cola específica que repare la zona y evite fugas.

En el caso de que se trata de una rotura mayor, el mecánico recomendará el cambio de esa pieza.

#2 – Sale humo de diferentes colores por el tubo de escape

Seguro que no es la primera vez que, caminando por la calle, has visto cómo el tubo de escape de un vehículo emanaba humo de color negro a su paso por la carretera. Este es el síntoma inequívoco de que hay que ir al taller. Houston, ¡tenemos un problema!

Sin embargo, ese humo puede adoptar diferentes colores, indicándonos que la avería procede de distintas partes del vehículo. Toma nota y hallarás en cada caso el motivo de ese tizne.

  • Humo negro: Si el sistema de escape expulsa el gas de este color, se debe a que quema combustible de más. Tras esta avería, pueden darse problemas en el filtro del aire, en el regulador de presión de combustible, etc. Es importante ponerle solución cuanto antes porque, de lo contrario, nuestro vehículo estará consumiendo más gasolina de la que debería.
  • Humo azul: En este caso, el problema está en que el motor quema demasiado aceite, por un deterioro de los anillos del pistón y válvulas. En este caso, los profesionales del motor recomiendan revisar el nivel de aceite así como el estado de las piezas indicadas.
  • Humo gris: Difícil de detectar, las averías habituales señalan a un mal funcionamiento del turbocompresor, así como a un atasco en el sistema de ventilación positiva del cárter, lo que puede conllevar al cambio de válvulas PCV.
  • Humo blanco: Cuando apenas es perceptible, suele deberse a una acumulación de condensación dentro del tubo de escape. Pero, cuando el humo es denso, el problema indica que el motor está quemando líquido refrigerante. Aquí ya hay que tener cuidado porque puede derivar en una avería importante en la junta de la culata o una grieta en el bloque motor.

#3 – Exceso de vibración del tubo de escape

En ocasiones es necesario sustituir algún elemento del sistema de escape ya que hay roturas producidas por una exceso de vibración.

Las fijaciones de las piezas no están bien sujetas y, la vibración continua unida al paso del tiempo, al final ha derivado en grietas o roturas. La solución pasa por cambiarlas.

#4 – Oxidación en los diferentes tubos que componen la línea de escape

A consecuencia de la condensación de agua ocasionada por los gases en los motores de gasolina y la posición distanciada del motor, algunas piezas del sistema de escape pueden oxidarse con el tiempo y deteriorarse, siendo necesaria su sustitución.

Un consejo final…

Desde YPF ACA Santa Fe  te recomendamos que, para prevenir estas averías en tubos de escape, apuestes por un uso constante de tu vehículo combinando trayectos medios y largos.

De este modo, darás tiempo a que el agua producida por la condensación de los gases de escape sea expulsada o bien se evapore, evitando roturas o rastros de oxidación en las piezas.

Esperamos que estos consejos te hayan sido de utilidad. Y… recuerda que, con Claxon, tu vehículo estará en las mejores manos.